BREA VENENOS

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sábado, 24 de diciembre de 2016

CUIDADO CON LOS FUEGOS ARTIFICIALES



Fuegos artificiales: Cuidado con los niños y mascotas

En Navidad y Año Nuevo se escuchan en todas las ciudades del país los populares "cañonazos"  de los fuegos artificiales y se observan en el cielo numerosos flashes coloridos que deslumbran y atraen particularmente a los niños. Sin embargo, la manipulación inadecuada de estos artefactos de pólvora puede convertirse en una pesadilla inesperada para los pequeños y sus padres.

Según refiere el doctor Huniades Urbina, pediatra especialista en quemaduras de la Universidad de Tokio  y jefe del servicio de urgencias del Hospital J.M. De Los Ríos de Caracas, en temporada decembrina ingresan nada más a ese centro asistencial público unos 18 pacientes  con daños ocasionados por el mal manejo de los juegos pirotécnicos. De ellos, por lo menos tres son casos graves. Aunque la cifra ha ido disminuyendo en los últimos años, el doctor acusa un subregistro  "porque las lesiones menores no son reportadas por los padres", a la vez que advierte que las consecuencias para los infantes pueden ser variadas, pero todas con potencial para dejar secuelas importantes en su vida.

"En situaciones no complicadas, los daños más comunes van desde quemaduras leves o  trauma acústico por el estallido del artefacto, lo que genera sordera temporal o permanente por daño en el nervio auditivo. Las consecuencias moderadas incluyen quemaduras de segundo grado, ignición de la ropa o heridas producidas por esquirlas de metal o vidrio al estallar los artefactos dentro de recipientes de esta naturaleza. En los casos más graves hay que mencionar quemaduras de tercer grado, amputación de dedos o ruptura del tímpano",  menciona el especialista.

Para evitar esta situación,  no está de más tomar en consideración algunas pautas. Una guía publicada en internet por el Children´s Texas Hospital ofrece recomendaciones sencillas que cualquiera puede tomar en cuenta.

1.- No permita que los niños manipulen solos los fuegos artificiales. Es imprescindible que sean los mayores los que manejen el proceso de encendido de estos artificios, incluso de los que parecen más inofensivos como las luces de bengala. "Ni siquiera las estrellitas son seguras para los niños pequeños -se lee en www.texaschildren.org-  Arden a la misma temperatura que un fósforo casero y pueden ocasionar que el pelo y la ropa se prendan en fuego. Dígales a sus hijos que deben abandonar el área inmediatamente si sus amigos están utilizando fuegos artificiales y que deben mantener un balde de agua a mano", agrega la guía del website.   "Los niños no deben manipular ningún tipo de fuegos articiales.  Los llamados 'saltapericos' por ejemplo, son muy peligrosos no sólo por la explosión sino por los daños que ocasionan si son ingeridos por los muchachos. Por tratarse de fosforo blanco, pueden causar inuficiencia hepática mortal", advierte el doctor Huniades Urbina.

2.-  Hable con sus hijos sobre qué hacer en caso de accidente. La mejor arma es la prevención y los niños aprenden por imitación y repetición. Lo mejor que puede hacer por ellos entonces es enseñarles algunos procedimientos de seguridad si llegara a ocurrir un imprevisto. "Enseñe a sus hijos que deben detenerse, tirarse al suelo y rodar sobre sí mismos si su ropa se prende en  fuego. Asegúrese de que saben cómo llamar  a los bomberos en caso de emergencia y muéstreles cómo apagar los fuegos artificiales usando agua o un extintor", apunta la guía de www.texaschildren.org.

3.Lea las instrucciones. Es imprescindible saber cómo funciona un cohetón o una bomba de colores para conocer cómo manipularlo, hacia dónde dirigirlo y verificar las condiciones en que se encuentra. "Revise los petardos para comprobar si se derrama pólvora, si existen mechas sueltas o bases mal adheridas. Evite el uso de dichos petardos así como también de aquellos que parecen que han estado húmedos y ahora están secos", advierte el mencionado material informativo. "Nunca trate de volver a encender fuegos artificiales que funcionan mal", insiste el portal web. Podría indicar que algo no está bien en su mecanismo y explotar de manera imprevista.

4.- Cuidado con el almacenamiento. Por ser altamente inflamable, debe estar muy atento al lugar donde guarda estos artificios. Evite bajo cualquier concepto tener grandes cantidades, revise muy bien que ninguno tenga alguna fuga de pólvora y sobre todo, manténgalos en un lugar seco y fresco, no expuestos a altas temperaturas que puedan desencadenar explosiones. "Nunca lleve uno en sus bolsillos", advierte la guía informativa. Recuerde que un chispazo puede convertirlo a usted o a su niño en una llama viviente.  "Compre estos artículos en lugares que cumplan la normaiva del cuerpo de bomberos y protección civil -comenta el médico Huniades Urbina- Es responsabilidad de los adultos verificar que el producto que adquieran esté en buen estado y no presente defectos".

5.- Nunca exponga su cara o cuerpo sobre el artificio.  Los especialistas aseguran que mayormente las zonas afectadas por los fuegos artificiales  son el rostro y las manos, donde se producen no sólo quemaduras de segundo o tercer grado sino mutilaciones de miembros o pérdida de ojos por explosiones imprevistas o no controladas.

6.- Nunca los detone en espacios cerrados. En lugares confinados, los incendios pueden ocurrir más fácilmente, incluso con una chispa. Recuerde en casas y oficinas hay muebles de madera, cortinas, ropa y artefactos que usan gas y son altamente inflamables. De hecho, según apuntan los Bomberos de Caracas en su portal www.bomberoscaracas.gov.ve, la mayoría de los accidentes reportados por esta causa ocurre en balcones y ventanas, cabinas de ascensores, interiores de locales y parte baja de los vehículos.  "Sólo encienda los fuegos artificiales sobre una superficie lisa y plana lejos de la casa, de hojas secas y de materiales inflamables. Nunca los lance utilizando contenedores de metal o vidrio", agrega el portal del Texas Children´s Hospital.

Sentido común y responsabilidad parece ser la consigna para los padres.  "No expongan a sus hijos al peligro de los fuegos artificiales. Los daños potenciales son muchos. Y la diversión puede terminar en tragedia", aconseja el doctor Huniades Urbina.
Artículo tomado de la revista estampa (El Universal). Año 2013




Protejamos a nuestras mascotas
Los fuegos artificiales son motivo de mucho estrés en nuestras mascotas, especialmente durante las fiestas de navidad y año nuevo debido a la intensidad de pirotecnia que involucran estos festejos.

Lo que para nosotros no es más que un ruido fuerte para ellos es algo tremendo e insoportable y la razón de esto es que el oído es el segundo sentido (después del olfato) más desarrollado del perro.
El perro posee unos pabellones auditivos muy grandes y una gran capacidad de orientación para buscar el origen del sonido. Gracias a esto obtienen una percepción muy elevada de los sonidos, siendo capaces de distinguir incluso sonidos muy leves y lejanos con facilidad.

El oído del perro es más sensible a sonidos de alta frecuencia, pudiendo percibir sonidos de hasta 60.000 hertzios frente a los 20.000 Hz que escuchamos los seres humanos, por lo cual pueden captar sonidos imperceptibles para el ser humano como la caída de un alfiler o los emitidos por los murciélagos y las ratas, al igual que, sonidos débiles a una distancia entre 4 y 5 metros mayor que un ser humano.
Imaginemos como los sonidos producidos por fuegos artificiales pueden llegar a ser escuchados por el perro y asustarlo de tal manera que pudiese resultar en una experiencia traumática, por lo que ante esta situación querrá correr a esconderse en algún lugar de la casa en busca de un lugar seguro o en el peor de los casos, en medio de la confusión, correr despavoridos hasta perderse.

Alteraciones de conducta y síntomas

El perro sufre claros síntomas de estrés cuando está sometido a estallidos. Se pone muy nervioso y tiene comportamientos destructivos, sobre todo si está solo en casa.
El temor a los ruidos fuertes es una de las causas más comunes de conductas destructoras en el perro, tales como arañazos, mordidas, rascado de muebles y paredes, así como, auto-traumatismos ocasionados al correr, lanzarse por ventanas, terrazas y balcones, atravesar vidrios o cercas, en algunos casos, hasta rejas.

Consecuencias a la salud

No debemos subestimar el miedo que desarrollan nuestros perros a los ruidos intensos pues esto les puede ocasionar graves alteraciones de salud: desequilibrios emocionales, depresiones y estrés.
La exposición más o menos prolongada a sonidos fuertes, implica una serie de consecuencias negativas para la salud del oído de nuestro perro, pudiendo matar células sensoriales que se encuentran en los oídos, las cuales no se regeneran ocasionando severas discapacidades auditivas llegando inclusive bajo la exposición constante a la pérdida completa de la audición.
Entre las consecuencias visibles podrás observar:
Taquicardia.
Temblores.
Falta de aire.
Náuseas.
Aturdimiento.
Sensación de irrealidad.
Insuficiencia respiratoria
Pérdida de control  de esfínteres.
Angustia.
Ataques de pánico (miedo a morir).
Gemidos y ladridos.
Babeo.
Desespero.

Recomendaciones
1. Primordialmente, mantener al perro a tu lado – Si es posible durante las fiestas, para que pueda sentirse resguardado y seguro.  Para el perro no hay nada mejor que la compañía de su amo, y más aún en medio de fuegos artificiales.
2. ¿Sedantes? –  Llevarlo al veterinario para que valore no solo el peso, la raza y edad sino primordialmente su estado de salud actual y diga si es posible darle sedantes, en la mayoría de los casos gotas pues es la presentación comercial más común pero también pudiera recetar tabletas, suspensiones o hasta inyecciones. De igual manera consultar con tu veterinario acerca de la opción de ofrecerle tranquilizantes naturales que pudieran resultar menos invasivos.  Cualquier medicamento o droga que se le ofrezca a nuestro perro para tranquilizarlo y disminuir su nivel de excitación debe ser supervisada por su médico veterinario.

3. Proveelo de una habitación pequeña – Si  el perro queda solo en casa es aconsejable dejarlo donde el perro se sienta cómodo con las persianas o cortinas bajas que lo alejen de las luces de la pirotecnia,  sin superficies cortantes o de vidrio, con suficiente alimento y agua, la puerta cerrada, juguetes que puedan morder y dentro de lo posible, artefactos eléctricos encendidos, que produzcan un ruido conocido por la mascota como el de una televisión, radio o ventilador, que disimule el sonido de los fuegos artificiales.

4. Colocar un collar con una identificación que lleve el nombre del perro y teléfono del dueño – Esto te ayudará a encontrarlo si se escapa.

5. No lo castigues, no es su culpa – Si observas que tu perro ladra, aúlla o se queja trata de entender que es una situación demasiado estresante para él y acaríciale con mucho amor y cariño. Eso bajará su nivel de estrés y lo hará sentirse cómodo y seguro. Regañarlo en ese momento será inútil y solo aumentará su angustia y nerviosismo.


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